Panchuque, panchuker, pancho con poncho, waffle salado, pancho electrónico… A medida que se ha ido difundiendo, nuestra tan tucumana preparación ha adquirido diferentes formas y sabores. Algunas más apetitosas que otras, sí, pero ninguna se compara a la original, la nuestra, la común…
Surgido casi por necesidad y propagado en la provincia desde los 70s, este peculiar alimento que combina un pancho y un panqueque ha llegado a venderse en diversos puntos del país y en el exterior (se venden en Brasil) de maneras que a los tucumanos nos sorprenderían: con cubos de queso y carne, con chorizos u otros tipos de embutidos, o dulces con banana, manzana o dulce de leche.
Los tucumanos lo tenemos incorporado a nuestra cultura: en una salida al centro, la parada obligatoria es en un kiosko para degustar este manjar. Calentito, al paso y con un vaso de gaseosa cola, como una máxima. Hoy te invitamos a que nos cuentes: ¿te animarías a las versiones gourmet o el panchuque es sí o sí salado?